Asistentes: Edu (el evaluado) y Nesss (el evaluador, aunque hay que aclarar que no evaluó al evaluado)
De papeo, dos trocitos de chorizo a la sidra, de bocao; después una tortilla de bakalao correcta, cuatro trozos de bakalao algo pekes con pimientos verdes y cuyo jugo es untado con vicio por Nesss aprovechando que la inclinación de la mesa le era favorable, qué pajaro.... Tras la habitual solicitud de no sacar la carne hasta que lo pidamos, nos sirven un txuletón bien hecho y de buen sabor, aunque tampoco muy grueso; Edu pide repetir pero Nesss se achanta reclamando no crujir. De postre, tres trozos de queso (para que nos peleemos), dos canutillos, nueces y membrillo; la ultima e irrompible nuez, nos dejó notables estigmas en las manos a ambos dos. Muy rico todo por 60€ (30€ cada), bastante barato para lo que es habitual aunque es cierto que la ración de carne la dejamos en correcta.
Sobre los asistentes, es la vez que vamos menos gente conocida siendo un sábado noche de sidre: sólo acudimos los dos habituales e incombustibles hermanos Brothers. Junto con los seis de la mesa de inicio (alguno un poco celosón de las largas charlas que tuvimos con Sebastián) y el autobús de los equipos de rugby de Irún y el gascón, llenamos la parte superior, aunque se notó que la parte de abajo estuviera cerrada. Fuimos los únicos en manga corta por mucho deportista que hubiera, gente recia a quien no placaríamos. Notamos que calculan bien los vasos ofertados, no sobró ni uno. Sebastián nos confiesa que se mantienen gracias a los franceses, ya que vamos pocos nativos. También que acabaron de echar a la peña de mediodia (cuando si que llegan hasta las trancas) a las 18:30, y que Sarasola, sus vecinos de caserío, ha ido degradándose por motivos varios y ahora los dueños son chinos. Coincide con nosotros en no ver mucho sentido a las botellas de sidra de cuello negro y/o rojo, ni en beberla en copa.
Cuando empiezan a sacar txuletas a los rugbylaris, el yerno, o quien fuera, nos insiste con que a ver si vamos a pedir la nuestra pero le decimos que ya les avisaremos y acabamos pidiéndola cuando el hambre aprieta. El nuevo Josetxu lo habría tenido fácil para pillar en ese bosque nabos de deportistas. Destacan el de su primera vez (que Edu lo encuentra múltiples veces en los baños) y el de calcetines por fuera. Luego el media-melé dinamizando con sus cánticos guarros ("today is a fucking/fisting/finger day"), aporreamientos de mesas y congas. En un momento dado, Nesss tiene que dar un toque de atención a un listo de los rugbylaris, quien no sólo echa mano de nuestras nueces, sino que se limpia con la servilleta que estaba usando Nesss, y no era gabacho sino uno de Irún; ven una mesa sin sus ocupantes (estábamos al lado hablando con Sebastián!!) y ya se creen que estamos en una comuna. Tuvo que soltar las presas pidiendo perdón y el que iba detrás suyo también pidió perdón.
Tras platicar también con la hija de Sebastián y oír que al mediodía sí que les va gente andando y que apenas pasa eso de noche, nos fuimos andando cuando quisimos y siendo los últimos, una vez más. Siendo sólo tres reservas (mesa de parejas maduras, rubgylaris, y nos), y echando de menos visitar la parte de abajo, el ambiente un poco descafeinado aunque eso dió pie para disfrutar más que nucna de las charlas con Sebastián, que a sus 85 años allí está como un campeón de pie todo el rato. Bebimos sobre todo de cinco de las kupelas y sólo al final probamos una sexta, ya que como trago de despedida (ya siendo los últimos) pedimos si nos puede abrir la que quiza sea la última kupela cerrada con cera, así que Sebastián coge el punzón y allá que vamos. Eskerrik Asko!!!